La adultez intermedia características Psicosociales
DESARROLLO PSICOSOCIAL
Sigmund Freud señalo que la
psicoterapia no funcionaba en personas mayores de 50 años porque creía que para
esa edad, la personalidad ya es permanente. Por el contrario, Maslow y Rogers
veían a esta etapa como una oportunidad de cambio positivo. Según Maslow, la
plena realización del potencial humano, a la que denominó autorrealización,
sólo puede llevarse a cabo en la madurez. Rogers, por su parte sostuvo que el
funcionamiento humano pleno requiere un proceso constante y permanente de
armonización del yo con la experiencia.
Modelos de etapas normativas
Carl G.
Jung: Individuación y trascendencia.- El desarrollo saludable a la
mitad de la vida requiere individuación, que se refiere al surgimiento del
verdadero “YO” a través del
equilibrio o integración de las partes contradictorias de la personalidad,
entre ellas las que antes fueron descuidadas.
Hasta antes de los 40 años, los adultos se concentran en las
obligaciones con la familia y la sociedad y desarrollan aspectos de la
personalidad que los ayudarán a alcanzar las metas que se prolongan. En la
mitad de la vida, desplazan su preocupación hacia su “YO” interno y espiritual.
Dos tareas complejas muy necesarias una vez llegada la mitad de la vida
son la renuncia a la imagen juvenil y el reconocimiento de la mortalidad.
Erik Erikson: Generatividad
VS Estancamiento.- Al cumplir
40 años es el momento en que la gente
ingresa a su séptima etapa normativa, a la que Erick Erickson denomino “Generatividad VS Estancamiento”.
La generatividad, es el interés de los
adultos maduros por orientar y ayudar a la siguiente generación a que logre
establecerse, la perpetuación de uno mismo por medio de la influencia que se
ejerce en los más jóvenes. Una gran virtud en este periodo es el interés en los
demás: “un compromiso cada vez mayor por hacerse cargo de las persona, los
objetos y las ideas por las que se ha aprendido a interesarse”.
Es un síntoma de madurez y de salud psicológica, generalmente, surge
durante la mitad de la vida ya que las exigencias del trabajo y de la familia
demandan respuestas generativas. Los padres con una elevada generatividad, son
autoritarios y participan de manera intensa en la educación de los hijos.
Crisis de
la edad adulta intermedia: Levinson sostuvo que la crisis de la adultez intermedia es
inevitable porque las personas luchan con la necesidad de reestructurar sus
vidas.
A esta crisis también se le llama crisis de los 40. Esta crisis se conceptualizó como una crisis
de identidad, es un periodo en el que las
personas realizan una observación y
reevaluación a sus vidas. Como consecuencia de este cuestionamiento de sus
vidas muchas personas descubren que no pudieron cumplir sus sueños de su
juventud o que sus metas realizadas no les da la satisfacción que esperaban. La
revisión que se hace en la mitad de la vida, es un momento de inventario, que proyecta
nuevos conocimientos sobre el “YO” y estimula correcciones a mitad del
recorrido sobre el diseño y trayectoria de la vida.
Algunas personas que atraviesan esta etapa pueden experimentar confusión,
pero otras se sienten en la cúspide de sus capacidades.
Características
de la crisis de los 40
- • Búsqueda de un sueño o meta indefinido.
- • Un profundo remordimiento por las metas no alcanzadas.
- • Deseo de lograr la sensación de juventud.
- • Necesidad de pasar más tiempo solo o con ciertas compañías.
- • Abuso del consumo de alcohol.
- • Excesiva atención a su apariencia física.
Relaciones y calidad de vida
Para las personas de la adultez, las relaciones son muy
importantes para su bienestar, y pueden ser una fuente importante de salud y
satisfacción.
Matrimonio:
Es difícil generalizar el significado de las relaciones en la
edad adulta intermedia porque implica una mayor diversidad de trayectorias de
vida; una persona de 45 años puede estar felizmente casada y con
hijos, por el contrario otra puede estar
contemplando la posibilidad de hacerlo y otra puede pensar en el divorcio.
Los que están satisfechos con su vida sexual tienden a estar más satisfechos con su matrimonio, y una mejor calidad matrimonial.
Divorcio: Los
divorcios tienen ocurrencia en esta edad después de los primeros diez años de
matrimonio, cuando se cree que la vida ya está consolidada, el rompimiento por
lo general es traumático, sobre todo en
las mujeres, una de las principales causas suele ser la independencia económica
de las mujeres. Los matrimonios de larga
duración se mantienen unidos debido a
que han logrado amasar un capital matrimonial como beneficios emocionales y
financieros difíciles de abandonar.
En casi todos los sentidos, las
personas de mediana edad muestran mayor capacidad de adaptación que las más
jóvenes ante la separación o divorcio, a pesar de que sus perspectivas de volver
a casarse sean más limitadas.
Amistades: Las
amistades son una fuente importante de apoyo emocional y bienestar, en especial
para las mujeres. Las amistades suelen girar alrededor del trabajo y la
crianza; otras se basan en los contactos en el vecindario o en asociación con
organizaciones de voluntariado.
La calidad de las amistades en esta etapa,
por lo general compensan el poco tiempo compartido. En especial durante una
crisis, como un divorcio o un problema con un padre que envejece, los adultos
recurren a los amigos para recibir apoyo emocional, orientación práctica,
consuelo, compañía y conversación.
Relaciones con los hijos
Relaciones con los hijos maduros: La paternidad es un proceso de dejar
ir pero en la actualidad existen muchos padres que atraviesan la adultez intermedia
que tienen que lidiar con que un hijo adulto siga viviendo en el hogar. Sin
embargo, a pesar de todo, el bienestar de los padres depende de cómo les vaya a
sus hijos. La relación entre padres e hijos suele mejorar con la edad.
Relaciones
con los hijos adolescentes: Los padres
que están en la adultez intermedia por
lo general tienen hijos adolescentes. Al mismo tiempo que lidian con sus
propias preocupaciones, los padres tienen que enfrentarse cada día con jóvenes
que están pasando por grandes cambios físicos, emocionales y sociales. Ambos tienen
que lidiar con crisis propias de su etapa.
El
nido vacío: Se cree que la partida de los hijos del hogar es una transición
difícil en especial para las madres, aunque se ha demostrado que logran
superarlo y por lo general produce una sensación de liberación para ellas; actualmente
es mucho más estresante llenar el nido con los hijos crecidos que retornan al
hogar.
Los efectos del nido vacío en el matrimonio dependen de su calidad
y duración. En un buen matrimonio, la partida de los hijos crecidos suele
iniciar una segunda luna de miel.
El
nido abarrotado: Cada vez
son más los hijos adultos que retrasan su partida de la casa de sus padres, a
lo cual se le denomina incapacidad para independizarse. Algunas veces, los
adultos tempranos regresan al hogar de sus padres una o más veces. La
postergación de la partida de un hijo y el regreso del mismo suele producir estrés
en la familia.
Autor: Yoisy Alarcón.
Autor: Yoisy Alarcón.
Gracias por compartirlo
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